Con un precedente enrrarecido, cuando años atrás los expresidentes Fidel Castro y Bill Clinton se estrecharon las manos casi por una obligación circusntancial e inevitable, recién se acaban de cruzar dos hombres que representan diferentes ideales y conceptos políticos, dos íconos de lo opuesto, quienes la política ha mantenido siempre al margen y a su vez al borde del conflicto.
Así, en un breve encuentro con motivo de su asustencia a los funerales del líder sudafricano Nelson Mandela, Barack Obama estrecha la mano del mandartario cubano Raúl Castro, quien sonrie reciropcando el gesto de nuestro mayor enemigo.
¿Será este el momento tan esperado para que ambas delegaciones se sienten en la mesa de discusiones por primera vez frente a frente?
El pueblo cubano TODO espera eso y mucho más. Es tiempo ya de dejar atrás tanto odio, de hacer a un lado las diferencias, y de una vez y por todas normalizar las relaciones sin condiciones ni mediadores de por medio.
Ese sería nuestro mejor regalo de fin de año. ¿Sería esto posoble señores presidentes?
Carlos Alberto Pérez
“La Chiringa de Cuba”
