Hace meses la Secretaria de la Juventud de un Comité de Base compartía su disgusto: “Lo que uno tiene que aguantar aquí, no es fácil”. Se refería de esta manera al salvoconducto que tuvo que firmar para autorizar el viaje al exterior de un coterráneo.
Lo que le molestaba y hasta a mí me disgustó fue la falsedad expuesta. Quien pedía el permiso se autodescribía como estudiante activo que estaba en todas las actividades de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), que asistía siempre a clases y otro sin número de barbaridades que llevó a la Secretaria a una gran disyuntiva frente a aquella hipocresía. Finalmente la firmó, pero sabía que había incurrido en un pequeño fraude que no se perdonaba.
Para suerte de ella y de todos, esa realidad quedará como un pasaje del pasado. A partir de ahora es innecesario el autorizo de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) o el Partido Comunista de Cuba (PCC) para viajar a otros países por motivos personales, laborales o de otra índole. Solo se tendrá que informar al Secretario General del Comité de Base el tiempo durante el cual el militante estará en el exterior.
Todos los cambios responden a las nuevas políticas aprobadas en el Sexto Congreso del Partido Comunista sobre las regulaciones para realizar viajes al exterior y en coherencia con la actualización de las leyes migratorias, que flexibilizan el proceso de salida al exterior de los militantes de la UJC y del PCC.
Mientras el militante se encuentre en el exterior conserva su militancia y en caso de no regresar en el tiempo acordado (24 meses según lo dispone la nueva Ley Migratoria) se desactivará de las filas. Una vez fuera de la isla el militante no debe reunirse con elementos contrarrevolucionarios, ni realizar acciones que denigren la imagen de la organización a la que pertenece.
Estos son los principales cambios para todos los que militamos en la UJC y quienes lo hacen en el Partido Comunista de Cuba PCC que deseen viajar.
De los Secretarios Generales del Comité de Base no dependerá más el anhelado viaje al exterior, que nadie hubiese sido capaz de impedir, y menos por una firma, aunque se estuviera frente a la más caricaturesca y fantasiosa descripción. Los militantes, pese a su condición de militantes, no tendrán que arrepentirse de no haber participado en una marcha por un simple viaje al exterior, ni se verán obligados a repararlo en el papel.
Solo espero que, por instinto de contrariedad y por supuesto de propaganda política, otros gobiernos, principalmente Estados Unidos el más activo de ellos, no empiecen a exigir la firma del Secretario General del Comité de Base a los cubanos militantes comunistas que lleguen a sus países.
BOOM.